Trading y ajedrez: cinco puntos en común

Es 1991 y Boaz Weinstein prueba suerte en un trabajo de verano en Goldman Sachs. Al ser rechazado, va al lavabo antes de salir y se encuentra cara a cara con David F. Delucia, el entonces responsable del trading de bonos corporativos.
Como ya se habían enfrentado en varias ocasiones en la Federación estadounidense de ajedrez, ambos se reconocen inmediatamente. David, que admiraba las habilidades del joven Boaz en «el rey de los juegos», decidió tomar cartas en el asunto.
A los 19, Boaz ya formaba parte de las grandes ligas. Su joven carrera como ajedrecista le había abierto las puertas de una de las instituciones financieras más prestigiosas del mundo. Todavía no sabía lo lejos que le llevarían sus habilidades en el ajedrez.
Veamos qué tienen en común el ajedrez y el trading para entender mejor una de las claves del éxito deslumbrante de Boaz Weinstein, actualmente uno de los principales gestores de fondos del mundo.
El trading conlleva riesgos. Esta actividad es adecuada únicamente para clientes informados que comprenden el funcionamiento de instrumentos financieros complejos (futuros, opciones, CFD, etc.) y que pueden permitirse asumir riesgos elevados, incluido el de sufrir pérdidas rápidas que excedan los depósitos. Las estadísticas de trading muestran que más del 90 % de los traders pierden dinero. Sea prudente.
1. El arte de la toma de decisiones
A pesar de los miles de millones de euros de inversión, la potencia de cálculo de nuestras máquinas todavía no ha resuelto el enigma de los mercados financieros ni ha encontrado la solución del ajedrez. Aunque se ha experimentado un gran avance en estos campos, tanto el trading como el ajedrez mantienen su misterio, intuición y creatividad.
El análisis estadístico, que se lleva a cabo en gran medida con la ayuda de ordenadores, proporciona una base a los jugadores de ajedrez para preparar los primeros movimientos de su apertura, pero sigue estando muy lejos de cubrir las 10120 posibles partidas de ajedrez (es decir, 1041 veces superior al número de átomos del universo observable).
Como el número de posibilidades es inmenso y el tiempo es limitado, tanto los jugadores de ajedrez como los traders tienen que utilizar el reconocimiento de patrones para identificar pautas familiares y limitar su cálculo mental a opciones concretas más restringidas.
Se trata de hacer previsiones sobre las previsiones. «¿Cómo va a reaccionar mi oponente si hago este movimiento? ¿Cómo voy a responder? ¿Qué ventaja podría obtener?».
Dominar el arte de la toma de decisiones en un entorno incierto y jugar con las probabilidades estadísticas de la relación entre las ganancias y el riesgo exige desarrollar una agilidad mental específica con la que conciliar una estrategia a largo plazo y operaciones tácticas a corto.
2. Una serie de pruebas cognitivas y emocionales
El ajedrez, que en ocasiones se ve como una metáfora de la vida, no es solo un desafío intelectual, sino una batalla emocional. Tanto la pieza del rey en el ajedrez como el dinero en una cuenta de trading están muy vinculados al ego.
Estos dos protagonistas, claves en el juego pero especialmente vulnerables, deben estar protegidos por el jugador, pero su pérdida (sinónimo de derrota) puede ser realmente dolorosa, en especial si va acompañada de arrepentimiento.
Tarde o temprano (y normalmente más temprano que tarde), todos los jugadores experimentan el amargo sabor de la derrota. Al encontrarse profundamente heridos en su ego, algunos escogen tirar la toalla y otros continuar su búsqueda y aprendizaje.
El ajedrez, como el trading, requiere humildad ante la derrota, respeto al oponente y la capacidad de no dejarse cegar por el ego.
Descrito originalmente en el póker, el «tilt», que puede hacer que los jugadores se hundan, también está presente en el ajedrez y en el trading.
«En la vida, como en el ajedrez, conocerse a uno mismo es la clave del éxito», dijo el excampeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Lo mismo puede aplicarse a los mercados financieros.
3. Un encuentro entre el hombre y la máquina
El 11 de mayo de 1997, por primera vez en la historia, una máquina consiguió derrotar a uno de los mejores jugadores de ajedrez de todos los tiempos en una partida reglamentaria.
Desde entonces, la tecnología ha seguido evolucionando y ya no es necesario demostrar la superioridad de los ordenadores en el ajedrez. En cambio, en los mercados, aunque la tecnología ha ido ganando terreno, todavía no ha llegado a imponerse.
¿Será que la excelencia se encuentra más en la pareja que en el duelo?
En las 64 casillas de un tablero de ajedrez o en la confidencialidad de la sala de trading, los mejores resultados parecen obtenerse al combinar la creatividad humana con la potencia del cálculo algorítmico.
Como anécdota, cabe recordar que, el día anterior a la partida, el ingeniero que entrenó a Deep Blue para su encuentro con Garry Kasparov en 1997 tuvo la intuición (en su camino a casa) de que el campeón del mundo llevaría a cabo una jugada original en la apertura para desestabilizar la memoria enciclopédica de la máquina desarrollada por IBM.
Entonces volvió para añadir la preparación de la jugada adecuada a la base de datos de Deep Blue en el último momento, lo que hizo que la máquina tuviese el empujón que necesitaba para tener éxito en su entrada en el juego y tomar la delantera al final de una legendaria partida de ajedrez.
4. Un entorno profesional extremadamente competitivo
Ni jugar en bolsa ni al ajedrez es sencillo. Extremadamente competitivas, estas actividades exigen muchas horas de preparación para los momentos que pueden marcar la diferencia entre una gran carrera profesional y otra respetable, pero no tan relevante.
Frente a la gran cantidad de principiantes que han caído en el olvido en la historia, solo un pequeño grupo de jugadores ha conseguido unirse al círculo de los legendarios. Para convertirse en un jugador profesional y vivir de su pasión, tiene que romper la norma.
5. Disciplina y formación continua
«Lo único constante es el cambio»: Heráclito no era un jugador de ajedrez. Ni un trader. Pero esta cita es especialmente adecuada para los mundos del trading y el ajedrez.
Estudiar la historia de su disciplina y llegar a conocer a los grandes clásicos puede enseñarle mucho, pero hoy ya no jugamos como ayer (ni como lo haremos mañana).
Si quiere imponerse ante la competencia y mantenerse al máximo nivel necesitará tener una gran disciplina para seguir formándose y no dormirse en los laureles.
Los juegos siempre han sido una forma excelente de aprender y el mundo financiero no es una excepción. ¿Sabía que el famoso inversor Warren Buffett es un jugador excelente de bridge?
Incluso nuestro amigo Boaz Weinstein fue un gran jugador de blackjack (incluido en la lista negra de varios casinos por contar las cartas) y de póker que llegó a ganar un Maserati en un torneo benéfico organizado por el mismo Warren Buffett.

Maxime tiene dos másteres por la SKEMA Business School y la FFBC: un máster en Gestión y un máster en Análisis Financiero Internacional. Como fundador y redactor jefe de NewTrading.fr, redacta artículos diariamente sobre trading financiero.

